Durante un discurso enfocado en la importancia del debate dentro del peronismo, Máximo Kirchner subrayó la necesidad de mantener firmeza en las convicciones y enfrentar las discusiones políticas, incluso en momentos críticos. “Cuando uno está seguro de lo que piensa, no esquiva nunca un debate ni una discusión”, afirmó, recordando su participación en el plenario del PJ en febrero de 2023, donde junto a otros referentes como Massa, Kicillof y Cristina, advirtieron al presidente sobre la necesidad de generar una alternativa. Según Kirchner, mientras algunos dirigentes “se escondían bajo la cama”, ellos pusieron la cara para afrontar la crisis del gobierno.
Kirchner también criticó las medidas económicas y el impacto que tuvieron en la población, haciendo especial mención a la devaluación impuesta por el FMI tras las PASO de 2023. “Al otro día de la PASO, el Fondo Monetario obligó a la Argentina a devaluar más del 30 o 40% de su moneda”, señaló, recordando que esa devaluación desencadenó una ola de saqueos. Comparó esa situación con la posterior devaluación de un 120% bajo el nuevo gobierno, donde no se produjeron disturbios, insinuando una narrativa en contra del peronismo: “Siempre le echan la culpa al peronismo de muchas cosas”.
En un repaso por las elecciones del 2017 y el liderazgo de Cristina Fernández de Kirchner, Máximo Kirchner destacó el compromiso y la resiliencia de la expresidenta. “Cuando muchos decían que a Cristina había que jubilarla, la compañera salió a caminar la provincia de Buenos Aires, dio la pelea”, señaló. Kirchner recordó que, aunque perdieron en las generales, Cristina afirmó que “hoy empieza todo”, marcando el inicio de un proceso que culminó con el regreso del peronismo al poder.
Kirchner también hizo hincapié en la importancia de la decisión de Cristina en 2019, cuando optó por ceder su lugar en pos de la unidad. “Muchos nos ponen en un lugar que no es cierto… que me traigan un dirigente que haya dejado su lugar para que haya unidad, como hizo Cristina en el 2019″, subrayó. Afirmó que, a pesar de las críticas y especulaciones mediáticas, “la prioridad de Cristina siempre fue fortalecer el movimiento y buscar la cohesión política”.
“El núcleo de lo que ella decía, era porque entendía que el pueblo pedía que no gobernara más Macri, y no pensó si tenía que ser ella o no”, afirmó. De esta forma, destacó la generosidad de su madre al priorizar la unidad y asegurar que el gobierno de Macri concluyera de manera democrática.
Kirchner también reflexionó sobre los desafíos que enfrentó el peronismo durante la pandemia y criticó la gestión de ciertos dirigentes. “Uno de los problemas que tenemos hoy en el presente del peronismo es que hay muchos dirigentes con miedo”, señaló. Además, recordó las dificultades que trajo la pandemia para los argentinos y argentinas, especialmente los duelos que no pudieron vivirse de manera tradicional. Criticó al exministro de Economía que “se rajó un sábado” y sugirió que algunos intentaron aprovechar políticamente la situación.
En un llamado a la reflexión y la construcción colectiva, Máximo Kirchner destacó el esfuerzo diario de los militantes en todo el país y la importancia del debate político. “Si yo hoy puedo estar acá, hablando, convocando a pensar, es porque miles de ustedes, todos los días, trabajan, estudian, se esfuerzan y también le dedican un tiempo a construir para los demás”, afirmó. Insistió en que el debate y la discusión son fundamentales en la militancia, y subrayó que “nadie se puede enojar y ofender” en un espacio donde las ideas deben confluir.
Kirchner también hizo una reflexión sobre el liderazgo de Cristina Fernández de Kirchner, criticando a quienes se quejan por no haber sido elegidos por ella. “Si los que fueron señalados por el dedo de Cristina se quejan, ¿qué nos queda a los que no hemos sido señalados y seguimos haciendo todo lo que tenemos que hacer?”, se preguntó. Además, recordó cómo la expresidenta enfrentó los momentos más difíciles de su vida con fortaleza, afirmando que “un dirigente no es víctima”.
“Un dirigente se propone a sí mismo a la sociedad que asume las responsabilidades y busca sintetizar y conducir al conjunto. En ese momento (Cristina) salió para adelante y entendió también que era momento de producir una oxigenación en la política argentina y le dio lugar a miles y miles de pibas y pibas para que se involucraran en el destino de su país”, agregó.
En un encendido discurso, Máximo Kirchner instó a los militantes y a la sociedad a enfocarse en la construcción colectiva y en organizarse, en lugar de criticar o caer en el desánimo. “No hay que enojarse, compañeros y compañeras. Hay que dejar de patalear, hay que ponerse a construir, a seguir construyendo, a organizarse”, afirmó. Además, destacó la importancia de las facultades constitucionales del presidente, señalando que “el veto es por las facultades constitucionales”.
Kirchner también advirtió sobre las amenazas de privatización de Aerolíneas Argentinas, recordando el deterioro de la empresa durante la década del 90. “Los trabajadores y trabajadoras de Aerolíneas Argentinas peleando por su salario, son amenazados con la privatización de la empresa. Cuando Aerolíneas fue privatizada había vuelos cada tres días”, subrayó. En su reflexión, criticó la desatención hacia la empresa por parte de privados y destacó su valor para el país, especialmente para las provincias más alejadas.
En su último discurso, Máximo Kirchner se pronunció enfáticamente sobre la situación económica y el manejo de los recursos naturales en Argentina. “Si nuestro pueblo tiene hambre y se llevan nuestros gastos, nuestro petróleo, la minería, el oro y la plata, es saqueo”, advirtió. Según Kirchner, la única justificación para la actividad extractiva en el país es que “un pueblo se pueda educar, comer, crecer y realizarse la vida”. De lo contrario, insistió, “estamos adelante de un saqueo” y llamó a los argentinos a no permitirlo.
Kirchner también alentó a la participación activa de los ciudadanos en diferentes ámbitos de la sociedad, desde las cooperativas escolares y hospitalarias hasta los clubes de barrio. “Hay que salir a buscar a esos argentinos y argentinas, a pedirles que se involucren con el destino de su país”, expresó, instando a no enojarse ante las decisiones del gobierno actual. Refiriéndose al reciente veto presidencial, recordó que el presidente fue elegido por el 56% de los votos, y exhortó: “Hay que dejar de patalear, hay que ponerse a construir, a seguir construyendo”.
Durante un reciente discurso, Máximo Kirchner se refirió a la crítica situación que atraviesa el país, al destacar el sufrimiento que millones de argentinos y argentinas enfrentan a diario. Según Kirchner, el panorama actual es preocupante, y las políticas económicas en marcha solo profundizarán esta problemática, afectando a un número creciente de ciudadanos.
Kirchner también señaló la implementación de medidas como el Régimen de Inversiones y Generación de Ingresos (RIGI), aprobadas en el Congreso, que a su juicio representan una entrega de los recursos naturales del país. Para el dirigente, este tipo de leyes reflejan una visión “distópica” de la realidad argentina, tal como lo ha señalado en otras ocasiones la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
“Dicen, entonces, que esa es la única forma que nuestro país salga adelante. ¿Va a salir nuestro país adelante de esa manera? Hace más de 400, 500 años, vamos a ver cuántos de nuestros continentes sufren lo mismo. Acá en el tiempo era la mitad o el raconarro, y ahora es el tipo de leyes que vienen con la pátina de explicarnos que es la única manera posible de generar un futuro para nuestra gente. La traducción sería que la única manera de tener un futuro como país es que su pueblo viva de manera indigna. Si un pueblo vive de manera indigna, no hay país”, lanzó. Infobae