Rusia lanzó en las últimas horas lo que fue su ataque a mayor escala contra Ucrania en más de dos años de conflicto bélico: las autoridades en Kiev reportaron el uso de 188 drones, de los cuales 95 fueron neutralizados y 76 fueron derribados en 17 regiones del país.
Por caso el 70% de la región de Ternópil, en el oeste de Ucrania, quedó a oscuras por la acción de los drones «kamikaze» enviados desde Rusia para impactar directo sobre el tendido eléctrico. Los drones rusos lograron causar daños «sustanciales» por lo que la falta de luz se mantendrá durante «un largo período», reconoció el gobernador de Ternópil, Vyacheslav Nehoda.
Mientras tanto, la capital de Ucrania, Kiev, estuvo en alerta durante cinco horas este martes y las autoridades nacionales informaron que «durante el ataque nocturno, el enemigo lanzó un número récord de drones de combate de tipo Shahed (de fabricación iraní) y no identificados», además de cuatro misiles balísticos Iskander-M.
Desde Rusia, el Ministerio de Defensa informó que en las últimas horas fueron derribados 39 drones provenientes de Ucrania, y que estaban programados para impactar en seis regiones del país además de Crimea, la península que el Kremlin anexó de manera reciente.
Al menos 24 de esos drones fueron destruidos sobre la región meridional de Rostov, que está en la frontera con Ucrania.
La jornada más reciente de violencia se desarrolló menos de una semana desde que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, afirmara que el Kremlin tiene «derecho» a atacar a países que proveen armas a Ucrania, entre ellos Estados Unidos o el Reino Unido.
El Presidente del Comité Militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Rob Bauer, afirmó durante la Conferencia de Seguridad de Berlín que es posible un escenario de conflicto bélico a nivel global y por eso «las empresas deben adaptar su producción y cadenas de suministro a una realidad de guerra».