En los últimos días, trascendió la indignante noticia de que los senadores y diputados gozarían de un aumento salarial del 30%, en medio del fuerte ajuste de Javier Milei a los ciudadanos. Tras la polémica generada alrededor de que «la casta» finalmente había sido benefiaciada por el actual gobierno, la gestión libertaria decidió echarse atrás con la decisión, al igual que lo hizo con el incremento a los sueldos del Poder Ejecutivo.
De esta manera, bajo las órdenes del presidente, Victoria Villarruel -vicepresidenta y la encargada de presidir el Senado- y Martín Menem -presidente de la Cámara de Diputados- firmaron la resolución conjunta para dar marcha atrás con la suba que cayó como un balde de agua fría en la gente.
La disposición, que lleva el número 3/24, señala que «en este contexto de esfuerzo que realizan los argentinos, quienes tenemos responsabilidad pública debemos adoptar medidas en consecuencia». La misma fue firmada por la vicepresidenta que, en principio, se rehusaba a retrotraer los aumentos.
Cabe destacar que esta resolución deja sin efecto la medida que habían adoptado en 2011 Amado Boudou y Julián Domínguez para enganchar los sueldos de diputados y senadores a la paritaria de empleados legislativos.
Cuando estalló la polémica, se presentaron en ambas cámaras proyectos de ley para darle un giro a una discusión que generó incomodidades. En el Senado, Unión por la Patria propuso equiparar y poner un tope a las remuneraciones de los funcionarios de los tres poderes del Estado, atándolas a un multiplicador del salario mínimo. En Diputados, Hacemos Coalición Federal, el bloque de Miguel Pichetto, impulsó una ley con el mismo espíritu.
Finalmente, Villarruel y Menem pusieron fin al asunto, al mismo tiempo que se decidió emitir el decreto por el cual Milei anuló el aumento del 48% para personal jerárquico del Poder Ejecutivo.