Estuvieron reunidos por primera vez esta mañana, tras los llamados de atención sobre el futuro de la relación política de LLA con su principal aliado en el Congreso. En Gobierno por ahora descartan un interbloque y aseguran que la secretaria general de la Presidencia sólo quiso hacer un “balance” de la labor que posibilitó la media sanción en la Cámara baja-
Después de un arranque accidentado para la ley Bases en el Senado, ayer, y mientras crecen las especulaciones sobre la posibilidad de que el proyecto regrese para revisión a la Cámara de Diputados, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, convocó esta mañana en la Casa Rosada al presidente del bloque de PRO, Cristian Ritondo, sin previo aviso, y acompañada por su principal asesor político, Eduardo “Lule” Menem.
Hermética, la hermana de Javier Milei no indicó los motivos de la convocatoria, de la que llamativamente no participó el ministro del Interior, Guillermo Francos, principal negociador del Gobierno, porque tenía otra actividad. Sin embargo, en la Casa Rosada se atajaron: dijeron que la reunión estaba prevista desde la semana pasada, y que sólo quería “conocerlo” después de la esmerada tarea que hicieron para que el proyecto más importante para el Gobierno obtuviera la media sanción. El presidente Milei ya había esbozado algunos mensajes de reconocimiento, vía X, el día del debate, especialmente a Ritondo y a su colega, Silvina Lospennato. Pero su pariente y principal colboradora quiso hacer lo propio hoy, nuevamente y en persona, en un nuevo gesto para reforzar la alianza parlamentaria.
Por lo bajo, en Gobierno admiten que hay serias chances de que el proyecto de ley Bases sufra pedidos de cambios en el Senado, donde empezó a debatirse ayer en plenario de comisiones con disertaciones de ministros y secretarios de Milei. Lo cual implicaría que sea reenviada, para su revisión, a la Cámara de origen. Los números no estarían tampoco para aprobar el paquete fiscal completo, por lo que las discusiones se extenderían más allá de lo que quería el Gobierno, y las miradas volverían a estar centradas en Diputados y, por lo tanto, en el bloque aliado nuevamente.
Un retroceso en la Cámara revisora no sería necesariamente una derrota, porque la ley podría sancionarse de todas formas. Pero indefectiblemente representaría un traspié y en las últimas horas en Gobierno empezaron a sopesar nuevamente el equilibrio de fuerzas en la instancia parlamentaria anterior.
Un capítulo en específico aparece como central en ambas Cámaras: el de los impuestos a las tabacaleras, que el Gobierno había incluido en el paquete legislativo, pero luego retiró para evitar que complicara el resto y que se vio obligado a reincorporar por un pedido mayoritario instado por la Coalición Cívica y un sector de la UCR sobre el final de la votación del martes de la semana pasada. Ritondo y compañía votaron en contra, como los libertarios.
La charla entre Lule, Karina y Ritondo se prolongó durante una hora, y en el partido de Mauricio Macri dijeron que sirvió para “sentar las bases de un trabajo legislativo en conjunto”. Podría ser una primera aproximación hacia un interbloque entre PRO y LLA, aunque no hubo definiciones en ese sentido. Hasta ahora el oficialismo resistió esa movida, al punto de que el ex presidente del bloque libertario, Oscar Zago, que había bregado por esa fórmula política en el Parlamento, salió expulsado de su rol a instancias, justamente, de Karina Milei.
La charla de hoy tendrá continuidad mañana, cuando Lule Menem reciba a otros diputados de PRO, también en la Casa de Gobierno (no se descarta que también participe Karina). “Va a ser para empezar a diagramar una agenda a futuro. No somos gobierno pero llevamos nuestra propia agenda, con temas que estamos trabajando hace años, como la Boleta Única Papel o el voto en el exterior de argentinos”, dijeron en PRO. Creen que el Gobierno puede habilitar el tratamiento de esas leyes, y aseguran que buscarán tratar temas “más específicos, de trabajo”.
Además de los aspectos parlamentarios, está pendiente definir el futuro político de la relación entre la fuerza oficialista y la principal aliada. La ayuda de PRO no es desinteresada, y sus líderes esperan de parte del Gobierno, además de agradecimientos, muestras de compromiso sobre una alianza más formal. De hecho, ya avisaron que no repetirán necesariamente su colaboración cuando el Ejecutivo mande sus siguientes iniciativas al Congreso. En Balcarce 50, sin embargo, por ahora no dieron muestras concretas y se limitan a hablar de una eventual alianza electoral recién el año que viene, siempre sujeta a la evaluación de la propia conveniencia. Infobae